Protección contra el contagio de la lepra y la epidemia

( Petición a Jesús: )

»¡Oh, Padre, el más santo, más amoroso y misericordioso! ¡Mira con la máxima Gracia la gran necesidad de mi hermana Klara que sufre una enfermedad terminal y revélanos un remedio para salvarle la vida! ¡Alabado seas, oh, el mejor Padre, si mantienes con vida a la esposa del hombre atribulado y la madre de dos hijos menores de edad! ¡Pero también seas alabado si Te llevas a la que yace sufriendo dolores de muerte a tu Reino Sagrado de Paz Eterna, amén!«—

( Respuesta del Señor: )

1. ¿Qué respuesta debo dar a esta pregunta? ¡Si cuando Yo quiero ayudar, vuestros médicos lo estropean todo! ¿Acaso debería dejar que mueran los médicos?

2. Quien piense que Yo puedo ayudar únicamente mediante médicos y medicamentos está extremadamente equivocado. Porque justamente allí (mayormente) Yo no ayudo en absoluto, sino a lo sumo permito que, de vez en cuando, los medicamentos recetados ayuden, en caso que, de vez en cuando, confíen en Mi Nombre. Pero en donde falte incluso esta mínima manifestación de fe, Mi ayuda se queda muy lejos en el camino.

3. Pero ya he dado a entender oralmente este asunto a través del siervo, (Jakob Lorber), que si pedís y creéis en el corazón y sin dudar, entonces la leprosa volverá a estar limpia.

Bien podréis creer que Yo puedo ayudaros, pero si dudáis de Mi Voluntad, también podéis pensar que la lepra, que es muy mala, muy fácil destruirá su cuerpo antes de que la víctima pueda salir con vida.

4. Pero si tuvierais una fe tan grande como una semilla de mostaza, ¡no solo podríais ayudar a los que sufren, sino también dar vida a los cadáveres! Pero vuestra fe es similar a la de una caña que es movida por por el viento de acá para allá y de allá para acá.

Y vuestro corazón está lleno de desaliento, miedo y titubeo. Y es por eso que os entristecéis fuertemente cuando mueren vuestros familiares, porque no estáis seguro de lo que está haciendo vuestro Padre amoroso y de lo que permite que suceda, y no estáis considerando que todo lo que Yo ordeno, hago y dejo de hacer no es otra cosa que algo muy bueno.

5. Si Yo me llevo a la leprosa de este mundo, será algo muy bueno. Pero si dejo que se quede, esto no será menos bueno que el caso anterior. Si creéis que solo una cosa será buena, es decir, que ella se mantenga con vida, y que si sucede lo contrario, sería una gran desgracia en la familia, estaríais muy equivocados.

Porque todo lo que sucede aquí según Mi Voluntad es extremadamente bueno, suceda así o de otra manera.

¿Acaso no sabéis que toda la ayuda humana es inútil? ¡Mi cuidado va muy por encima de todo cuidado de una madre, incluso antes y después!

¿O acaso el que cuida del padre, la madre y los hijos no podrá cuidar solo a los niños? — Oh, pequeños creyentes, ¿cuánto tiempo tendré que predicaros hasta que os volváis sensatos y firmes en la fe?

6. Oh, mirad, la fe viva, llena de confianza y rendición plena, es un verdadero termómetro del Amor. Ella muestra exactamente el grado, cuán alto está por encima del punto de congelación del Amor. —

¡Cuidado con la maduración temprana en vuestra primavera (del Amor y la Fe), para que los brotes del fruto no se pierdan!

Haced un humo con la madera de la vida para que no sufráis daño en vuestro corazón.

Pero a ti, Mi querido N.N., te digo que es mejor que no la visites durante un tiempo, sino que es mejor que te quedes en casa y te quedes Conmigo. En verdad, tu presencia no será de mucha utilidad para la leprosa, pero bien será muy útil espiritualmente si te quedas Conmigo y en Mí, y Me ames y Me pidas que deje que suceda como Yo lo deseo.

Oración, confíar en Jesús, frotar con aceite de bayas de enebro, sahumar la ropa con bayas de enebro y consumir 3 bayas.

7. Pero si quieres ir de todas maneras porque ella es tu hermana, entonces reza antes y úngete con el aceite de las bayas de enebro en Mi Nombre, así evitarás contagiar a tu casa con la maldad de la lepra.

Y si también sahúmas la ropa con las mismas bayas e ingieres tres de ellas en devoción a Mí, puedes estar completamente tranquilo.

Pero, como dije, no es necesario que vayas allí por el momento.

Porque te digo que la lepra es realmente muy mala.

Es una salida de todos los espíritus malignos, que a menudo se han enquistados de generación a generación y por lo tanto, que se entienda bien, son también muy contagiosos; porque los espíritus liberados buscan inmediatamente un nuevo alojamiento.

Si ellos han ingresado dentro de alguien y están siendo sacados de allí nuevamente, entonces causarán una mayor devastación en su nuevo alojamiento que en el anterior, porque están más molestos que antes, como es el caso de tu hermana en este momento, ya que ella ha sido contagiada por otra persona.

8. Pero quien ora y es ungido y sahumado en Mi Nombre, no debe temer ni preocuparse por ninguna peste o epidemia.

9. Pero esta es la razón por la cual el arbusto (Perenne de enebro) es protector porque en forma natural tiene una gran bendición de Mí.

10. Entonces, la Fe viva en el Poder de Mi Nombre es pues el remedio más infalible.

En Verdad te digo, y si la leprosa estuviera en América y tú, aquí, como ahora, y te enterasras que ella está sufriendo como ahora, y te dirigieras a Mí, — ¡entonces así Yo quisiera salvarla física y espiritualmente de la muerte!

Si creéis en el corazón, pero no solo con la comprensión del intelecto, entonces todo mejorará respecto a ella, a través de vuestra petición y vuestra fe.

Pero si sois débil, ¡al menos pensad que Yo no haré nada malo o injusto, sin importar lo que Yo quiera hacer, y así esto será lo mejor que pueda suceder!

11. Piensa en el discípulo que quería enterrar a su padre antes de seguirme; y ten en cuenta lo que Yo le enseñé, ¡así siempre encontraréis un gran descanso dentro de vosotros!

12. Seguirme en todo es lo primero. Y entregrarme a Mí todo es lo segundo. En esto está contenido por completo los mandamientos, los profetas y principalmente los dos mandamientos del Amor y, con ellos, toda la vida.

Haced y actuad en consecuencia a lo dicho aquí, así viviréis y todo irá muy bien, aquí y en el más allá. Amén — Eso es lo que digo Yo, el mejor médico. — Amén.

Fuente: Cuidado de la Salud y Sanación (Gesundheitspflege und Heilung), capítulo 2, recibido Por Jkakob Lorber, el 29 de abril de 1841.